Empanadillas rápidas al horno
Ingredientes:
16 obleas de empanadillas de la cocinera (de las grandes)
4 huevos medianos
3 latas de atún
1 chorro de tomate frito
(papel de horno)
Preparación:
Es importante que saquéis las obleas de la nevera una hora antes de preparar las empanadillas. Así, estarán blanditas y no se os romperán al hacer la forma de la empanadilla.
Cocemos los huevos y los dejamos enfriar.
Cuando estén fríos, los pelamos y los rallamos con ayuda de un rallador, lo dejamos en un bol o ensaladera.
Abrimos las 3 latas de atún y escurrimos muy bien (que no quede nada de líquido) y con un tenedor vamos desmenuzando el atún y mezclándolo con el huevo rallado.
Por último añadimos tomate frito, la cantidad a gusto de cada uno. Si queréis que quede más o menos rojo. A mí me gusta con poco tomate por lo que sólo añado un chorrito.
Ahora separamos todas las obleas en una superficie plana, dejando cada una de ellas sobre su papel para que no se rompan.
En cada oblea, ponemos más o menos una cuchara de postre del relleno en una de las mitades (semicírculos). El relleno no debe llegar a los bordes, si no te costará cerrarla. Con la otra mitad que queda sin relleno cubrimos la mitad rellenada uniendo los extremos.
Los extremos que forman la media luna los juntamos primero con ayuda de los dedos y después recorremos los bordes aplastando con ayuda de las puntas del tenedor:
En la rejilla del horno ponemos papel de hornear cubriendo toda la rejilla y sobre ella vamos colocando las empanadillas bien separadas entre sí, quitándolas ahora de su papel.
Cuando tengamos todas, metemos en el horno previamente precalentado a 180º, yo lo he puesto en la segunda ranura empezando por abajo en horno convencional arriba y abajo.
El tiempo depende de cada horno, yo lo he tenido unos 12 minutos. Pero lo mejor es estar vigilando. Notareis que ya están hechas porque ya no se ve la masa aplastada y blanda, sino que se hinchan y empieza a parecer más duras. Cuando veáis que ya están así, podéis dejar sólo la parte de arriba del horno y subir la rejilla a una posición más alta para que se doren.