Ingredientes:
400 gr de espinacas congeladas
4 cucharadas soperas de harina blanca
1 vaso de leche entera o semidesnatada
Pasas
Piñones
Para adornar: una loncha de jamón serrano, un trozo de queso curado
Sal
Aceite de oliva
 
Preparación:
Cocemos las espinacas en una olla con abundante agua y un par de cucharas de postre de sal, durante unos 20 minutos.
Escurrimos bien, para que suelten toda el agua.
Rehogamos en una sartén con un par de cucharadas soperas de aceite de oliva, durante un par de minutos, a fuego medio.
Añadimos las 4 cucharadas soperas de harina a las espinacas y removemos con una cuchara de madera, mientras se va tostando la harina.
Ahora se trata de añadir la leche muy poco a poco. Ponemos un poco de leche, removemos con la cuchara de madera hasta que se espese y desaparezca el líquido. Y continuamos añadiendo más leche de esta manera, hasta que alcancemos la espesura deseada. Yo he necesitado un vaso de leche.
 
En otra sartén con un poquito de aceite, doramos las pasas y los piñones a fuego medio y muy poco tiempo (que se queman enseguida). Los incorporamos a las espinacas y mezclamos.
 
Para adornar, vamos a hacer un crujiente de jamón serrano y un crujiente de queso.
 
Ponemos en una sartén unas gotitas de aceite y doramos el jamón a fuego muy fuerte. Vuelta y vuelta hasta que quede crujiente y tieso.
 
Para el queso, cortamos un trozo de queso curado, un triángulo fino. Lo colocamos en un plato plano y calentamos en el microondas 2 minutos, no se trata solo de derretir el queso, sino de que “se nos pase” y comiencen a salir burbujitas. Cuando lo hayamos conseguido, dejamos enfriar y despegamos con cuidado del plato, podemos ayudarnos de una espátula o cuchillo.